3 Fecundidad y reproducción en las sociedades cazadoras recolectoras chaqueñas. Compiladora Stella Ofelia Ferrarini ISBN 978-987-42-6750-4 2017 4 Printed in Argentina – Impreso en Argentina Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723 Todos los derechos reservados. No puede reproducirse ninguna parte de este libro por ningún medio electrónico o mecánico, incluyendo fotocopiado, grabado, xerografiado o cualquier almacenaje de información o sistema de recuperación sin permiso del autor Ferrarini, Stella Ofelia Fecundidad y reproducción en las sociedades cazadoras recolectoras chaqueñas/ Stella Ofelia Ferrarini. -1ª ed. volumen combinado. – La Plata: Stella Ofelia Ferrarini, 2017. 275 p.; 20 x 14 cm. ISBN 978-987-42-6750-4 1. Sociología. I Título CDD 306.7 5 MATERNIDAD TAPIETE: COMIENZOS Y FECUNDIDAD Stella O. Ferrarini y Marta G. Méndez La llegada del primer hijo es un acontecimiento de gran trascendencia social e individual y su significación es reconocida en todas las sociedades humanas. Expresa la transición de una pareja dentro de un nuevo estatus social, la paternidad, con nuevas expectativas y responsabilidades relacionadas. También es el último peldaño en el proceso que conduce a una mujer a la madurez sexual y que comienza en la pubertad con la menarca. Desde la perspectiva demográfica, la edad media de la primera maternidad marca el comienzo del intervalo temporal que una mujer va a destinar para tener a su descendencia. Varios trabajos han mostrado que las edades jóvenes al primer nacimiento tienden a estimular el número de niños que una mujer tendrá, en aquellas poblaciones que no utilizan métodos de control de la natalidad (Menken, 1980; Senderowitz y Paxman, 6 1985; Voydanoff y Donnelly, 1990; Wulf y Singh, 1991). Aún en aquellas poblaciones en las cuales la planificación familiar está ampliamente distribuida, la regulación temporal de los primeros nacimientos puede afectar el tamaño de la familia completada si la contra concepción es utilizada para espaciar, pero no para limitar la fertilidad (Ngalinda, 1998). Los analistas de la fecundidad asumen generalmente que el nacimiento de un niño solamente ocurre dentro del matrimonio. Por lo tanto, tratan la edad al primer matrimonio como un determinante próximo. Esta presunción, sin embargo, no es completamente certera; en muchas poblaciones un gran número de niños nacen fuera del matrimonio y también existen sociedades donde el nacimiento del primer niño consolida la pareja y marca el comienzo de la unión estable. En el análisis de la fecundidad de una población, la edad de la mujer en la que ocurre su primera maternidad es un evento importante en su historia reproductora ya que abre el período fecundo que recién se cerrará con el nacimiento del último hijo. En este trabajo se examinan las historias reproductoras de mujeres Tapiete, analizando el peso que en ellas ha tenido la edad del primer alumbramiento, la regulación temporal de los sucesivos nacimientos y la tasa de fecundidad resultante. 7 CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNIDAD “Los tapietes, una tribu típicamente chaqueña, tienen una cultura muy similar a la de los matacos y chorotis, pero, curiosamente, hablan el dialecto guaraní de sus vecinos chiriguanos” (Métraux, 1946: 238). Así describe Métraux al grupo étnico cuyo origen ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Varias hipótesis se han presentado. Una sugiere que los Tapiete son guaraníes que, después de haberse separado de su grupo original, conservaron su lenguaje y adquirieron las costumbres de sus vecinos, especialmente los Toba (Cardus, 1986 en Schmidt, 1938). Otra hipótesis sugiere que los Tapiete son una tribu de la región del Chaco “chiriguanizados” por los Avá Guaraní, comúnmente conocidos como Chiriguanos (Rodrigues 1984/85). Recientemente Combès (2008) propone, a partir de una relectura de las fuentes etnohistóricas sobre el Chaco, una guaranización de grupos chaqueños «en dos tiempos», desde el siglo XVI, por intermedio de grupos chanés que habrían fugado hacia el Chaco. Actualmente, los Tapiete están asentados en Argentina, Bolivia y Paraguay, En Argentina viven en dos pequeñas comunidades de Salta que no llegan a sumar mil quinientos 8 miembros. El presente trabajo se hizo en Misión Los Tapietes, cinco manzanas en la ciudad de Tartagal, rodeadas por barrios criollos. Una Sala de Primeros Auxilios se encuentra en el centro del barrio y allí son atendidos por médicos que concurren regularmente y, especialmente, por miembros de la comunidad formados como agentes sanitarios. Una escuela primaria se encuentra lindante y recibe a niños de esta etnia y a criollos. Su subsistencia se basa principalmente en tareas temporales realizadas en el entorno urbano como peones de albañilería, jornaleros, labores de limpieza y otros. La comunidad posee 200 hectáreas detrás de Cherenda donde cada familia siembra maíz, anco y porotos que usan para su consumo personal. No hacen artesanías y tampoco cerámica. Reciben ayuda gubernamental en forma de planes y pensiones. En época de abundancia de peces (mayo a julio) suelen ir a otras comunidades aborígenes próximas a los ríos en donde se alojan en casa de familiares. Esto es así porque los Tapiete han tejido una extensa red de intercambios matrimoniales con etnias vecinas como los Chorote, los Wichí y los Avá Chiriguanos (Cordeau; de los Ríos, 1982). 9 Figura 1. Pirámide poblacional de Misión Los Tapiete según el Censo aborigen de la provincia de Salta, 1984. Los Tapiete de Argentina provienen de Bolivia. Nos relata E. K., representante legal del grupo, que primero venían para trabajar en los ingenios tabacaleros, pero regresaban luego a Bolivia. La guerra del Chaco (1932-35) resultó decisiva en la dispersión de estos aborígenes hacia la Argentina y también hacia Paraguay. 1984 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 0-4 5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 80-84 85 a + Mujeres Varones 10 Figura 2. Pirámide poblacional de Misión Los Tapiete según el Censo realizado por las autoras en 2010. El Primer censo aborigen de la provincia de Salta, efectuado en 1984 informa que había 305 individuos, 150 hombres y 155 mujeres (Funes y col., 1984). Los datos ofrecidos en este censo fueron graficados en forma de pirámide poblacional según lo expone la Figura 1. En el relevamiento censal del año 2010 realizado por las autoras del presente trabajo se registraron 649 individuos, 287 2010 -60 -50 -40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 50 0-4 5-9 10-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 70-74 75-79 Mujeres Varones 11 varones y 250 mujeres. La pirámide correspondiente se muestra en la Figura 2. En los 26 años que mediaron entre uno y otro censo, la población asentada allí se duplicó. Por otra parte, se registra un cambio en la proporción sexual del conjunto que pasa de un valor 0,97 (prevalencia femenina) a un valor de1,15 (prevalencia masculina). En la continuidad del presente trabajo se exploran las estrategias reproductivas de esta comunidad. LA RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN Y LOS PROCEDIMIENTOS ANALÍTICOS Se relevaron las historias reproductoras de 99 mujeres Tapiete con al menos un hijo. Se registraron las edades de las madres al momento de cada nacimiento. Se calcularon los estadísticos descriptivos de la edad de la madre al primer nacimiento, las edades de las madres en los distintos órdenes de nacimientos y la edad al primer nacimiento en dos sub- grupos de la muestra total: mujeres con fertilidad completada y mujeres que aún transcurren su período fértil. Se calcularon las tasas específicas de fecundidad fx y se analizaron los patrones de fecundidad con las respectivas probabilidades en todas las 12 edades y grupos de edad. A su vez, se estimaron las contribuciones de cada grupo de edad al valor final de la tasa de fecundidad y, consecuentemente, el tamaño medio de la descendencia que una mujer teóricamente tendría. En todos los casos se efectuaron comparaciones con datos de otras poblaciones y se realizaron gráficos demostrativos. LOS RESULTADOS REPRODUCTIVOS La edad media del primer alumbramiento marca el comienzo del período fecundo de la mujer, es decir, del período de tiempo que una mujer va a destinar a la reproducción. La edad media de las mujeres Tapiete encuestadas es de 18,5 años (Tabla 1), edad temprana cuando se compara con las de otras poblaciones (Tabla 2). Sin embargo, cuando se observa la distribución de frecuencias de este evento (Figura 3) se advierte que el 46% tienen su primer hijo antes de los 18 años, mientras el 40% lo hace entre los 18 y 22 años. A partir de esta última edad el porcentaje cae abruptamente de manera que el 14% de los casos se distribuyen en los dos intervalos de edad restantes. 13 Tabla 1. Descriptivos de la distribución de la edad de las madres al primer nacimiento. Edad media Edad mediana Edad modal D.E. Rango C.V. N 18,5 18 15 3,57 18 19,3 99 Tabla 2. Edad al primer nacimiento e distintas poblaciones mundiales. Población Edad media Autor Esquimales, Canadá 17-18 McAlpine y Simpson, 1976 Aché, Paraguay 17,5 Hill y Hurtado, 1989 Tobas, Argentina 17,5 Sánchez, 2003 Etiopía 17,6 Gibson y Mace, 2002 Nigeria 18,1 Westoff et al., 1994 Wichí 18,2 Ferrarini y Mendez, 2013 Tanzania 18,4 Ngalinda, 1998 Tapiete 18,5 Presente estudio Turkana 19 Gray, 1994 Marruecos 19,8 Varea et al., 2007 África sub-sahariana < 20 Westoff et al., 1994 Bereberes 20 Crognier, 2003 Chorote, Argentina 20,2 Mendez y Ferrarini, 2016 Mapuche, Argentina 20,7 Crognier et al., 1996 EE.UU:, negros no hispanos 20,9 Mckibben, 2003 14 EE.UU., origen mexicano 21,4 Mckibben, 2003 Ruanda 21,5 Westoff et al., 1994 Amish, EE.UU. (1908 - 1967) 21,8- 23,0 Greksa, 2002 Anabaptistas 22,0- 28,0 Stevenson et al., 1989 Minorías China (1997) 22,4 Mckibben, 2003 Mennonitas, México 22,9 Felt et al., 1990 Chinos Han (1996) 23,2 Mckibben, 2003 Tamangs, Nepal 23,5 Mashnick, 1979 Tierra del Fuego, Chile 23,6 Pascual, 2004 EE.UU., blancos no hispanos (1995) 23,8 Mckibben, 2003 Aymaras, Bolivia 24,1 Crognier, 2003 Japonesas colonia Urquiza, Argentina 24,7 Mendez et al. 2013 EE.UU. (nacidas década 1940) 24,7 Wood, 1994 Para comprender mejor la relación entre esta distribución y la edad media a la primera reproducción se reagrupó la muestra tomando en cuenta si las mujeres han completado o no su período fecundo. Esto permite ver si ha habido cambios con el tiempo en la modalidad reproductiva. En la Figura 4 se muestran los valores de cada categoría de acuerdo con este reagrupamiento. Así, se observa que no hay variaciones notables en las decisiones de las mujeres para 15 comenzar su período fecundo. El inicio temprano de la reproducción no es una conducta novedosa. Figura 3. Distribución de frecuencias de la edad al primer nacimiento. Figura 4. Comparación de la distribución de frecuencias de la edad al primer nacimiento entre mujeres con fertilidad completada y no completada. 0 10 20 30 40 50 13-17 18-22 23-27 28-32 % 16 Interesa, entonces, analizar las edades de las madres en las distintas paridades para observar cómo se han regulado temporalmente estos eventos en las historias reproductoras de las mujeres (Tabla 3). Como era esperable, a medida que aumenta el orden de nacimiento se incrementa la edad media de las madres. La edad media de la maternidad es 31,4 años, valor relativamente alto que concuerda con el de poblaciones de fecundidad natural, donde las mujeres tienen sus últimos nacimientos a edades elevadas. 0 10 20 30 40 50 13-17 18-22 23-27 completada no completada 17 Tabla 3. Descriptivos de la edad de la madre en los distintos órdenes de nacimiento de la descendencia. Edad media Edad mediana Edad modal D. E. Rango C.V.% N 1 18,5 18 15 3,57 18 19,3 99 2 21,4 21 21 3,99 18 18,6 81 3 23,9 23 23 4,08 19 17,1 69 4 26,1 25 25 4,13 18 15,8 59 5 28,6 28 23 4,54 19 15,9 46 6 30,9 31 34 4,53 18 14,7 38 7 33,3 33 33 4,03 14 12,1 26 8 35,4 35 34 4,24 17 11,9 19 9 36,5 37 39 3,28 10 8,98 13 10 37,8 39 34 3,06 7 8,1 6 11 40,4 41 41 3,28 9 8,1 5 12 43,7 43 43 1,15 2 2,63 3 En la Tabla 4 se presentan los valores de distintas poblaciones con fertilidad natural y controlada. Aquellas chaqueñas con fertilidad natural tienen valores que superan los 30 años, mientras que las dos poblaciones con fertilidad controlada, a pesar de ser poblaciones colonizadoras, bajan el valor medio a 27años. 18 Tabla 4. Edad media de maternidad (todos los órdenes de paridad). Valores comparados Wichí Chorote Tapiete Tierra del Fuego, Chile Japoneses en Argentina Edad media de maternidad 30,9 32,3 31,4 27,5 27,1 Fuentes: Tapiete: presente estudio. Wichí: Ferrarini; Mendez, 2013. Chorote: Mendez; Ferrarini, 2013. Tierra del Fuego, Chile: Pascual, 2004. Japoneses en Argentina: Mendez; Ferrarini; Onaha, 2013. En la Figura 5 se comparan los resultados obtenidos para la población Tapiete con una población Berebere de Marruecos (Crognier, 1996), una población Mapuche de Río Negro (Argentina) (Crognier et al., 1996), una población Chorote de Argentina (Mendez y Ferrarini 2016) y una población chilena de Tierra del Fuego (Pascual, 2004). Se puede observar que la forma de la curva de la población Tapiete se asemeja a las de los Chorote, Mapuche y Berebere y se aparta de la de Tierra del Fuego. El hecho de que (a) las poblaciones Mapuche, Chorote y Berebere son consideradas de fertilidad natural; (b) la población de Tierra del Fuego, en cambio, resulta ser una población que se encuentra en la fase III de transición a fecundidad controlada; (c) la edad de la primera maternidad es menor a las de las poblaciones Berebere, Mapuche y Chorote de las que se aleja por algo más de un año y medio y más de 5 años de la población 19 de Tierra del Fuego, muestra que el comportamiento reproductor de la población Tapiete se asimila al de una población de fertilidad natural. Para tener una estimación de la fecundidad de esta población se utiliza la tasa de fecundidad F, que puede ser estimada aún a partir de un grupo de mujeres que no ha completado su vida reproductiva. Es una medida de fecundidad pura, no influenciada ni por la estructura de la población ni por la mortalidad y puede interpretarse en términos de la reproducción esperada individual (Campbell y Wood, 1988). Por otra parte, la distribución de los nacimientos según la edad materna al momento del nacimiento informa sobre las variaciones de fecundidad de las mujeres a lo largo de su vida reproductora. A partir de esta distribución pueden calcularse las tasas específicas de fecundidad a una edad o en un intervalo determinado. Esta medida de la fecundidad permite un análisis más detallado, ya que la probabilidad de tener un hijo no es uniforme en todas las edades (Livi-Bacci, 1993). 20 Figura 5. Edad materna al nacimiento según la paridad para la población Tapiete y otras poblaciones. Los datos de las tasas de fecundidad a edad específica para los distintos órdenes de nacimientos se presentan en la Tabla 5. 15 20 25 30 35 40 45 50 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Tapiete Chorote 21 Tabla 5. Tasas de fecundidad a edad específica según la paridad (x 1000). Paridad Edad I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII Total 13 19 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 19 14 57,1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 57,1 15 133 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 133,3 16 4 67,3 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 182,7 17 119 69,3 9,9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 198 18 89,1 49,5 29,7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 168,3 19 102 91,8 71,4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 265,3 20 125 93,7 31,2 20,8 0 0 0 0 0 0 0 0 270,8 21 52,6 116 84,2 52,6 10,5 0 0 0 0 0 0 0 315,8 22 44 110 54,9 54,9 22 0 0 0 0 0 0 0 285,7 23 58,1 46,5 116 34,9 69,8 11,6 0 0 0 0 0 0 337,2 24 0 47,6 71,4 83,3 0 11,9 0 0 0 0 0 0 214,3 25 12,3 49,4 49,4 124 24,7 49,4 0 0 0 0 0 0 308,6 26 38 0 63,3 75,9 38 25,3 0 0 0 0 0 0 240,2 27 39 26 77,9 13 90,9 39 0 0 0 0 0 0 285,7 28 0 68,5 0 95,9 54,8 13,7 54,8 0 0 0 0 0 287,7 22 29 0 0 14,5 43,5 72,5 43,5 29 14,5 0 0 0 0 217,4 30 0 30,8 76,9 30,8 15,4 30,8 15,4 46,1 0 0 0 0 246,1 31 17,5 0 35,1 35,1 70,2 87,7 52,6 0 0 0 0 0 298,2 32 0 0 38,5 19,2 57,7 76,9 38,5 57,7 0 0 0 0 288,4 33 0 20,4 0 20,4 40,8 40,8 61,2 20,4 20,4 0 0 0 183,7 34 0 20,8 0 0 20,8 104 41,7 62,5 0 41,7 0 0 291,6 35 0 0 0 43,5 21,7 21,7 0 43,5 0 0 21,7 0 152,2 36 0 0 23,2 0 23,2 0 69,8 46,5 23,2 0 0 0 186 37 0 0 0 25,6 25,6 25,6 76,9 51,3 51,3 0 0 0 230,8 38 0 0 0 25,6 0 25,6 0 25,6 25,6 0 0 0 102,6 39 0 0 0 0 28,6 28,6 28,6 28,6 114 57,1 0 0 285,7 40 0 0 0 0 30,3 0 0 60,6 0 30,3 0 0 121,2 41 0 0 0 0 0 30,3 30,3 0 0 30,3 90,9 0 181,8 42 0 0 0 0 0 0 30,3 0 30,3 0 0 0 60,6 43 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 71,4 71,4 44 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 37 0 37 45 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 41,7 41,7 46 0 0 0 0 0 0 0 41,7 0 0 0 0 41,7 6607,8 23 De la sumatoria de las tasas específicas de fecundidad se obtiene una estimación del número de descendientes del grupo de mujeres de la muestra, si todas ellas sobrevivieran hasta el final del período reproductor y estuvieran expuestas a las tasas de fecundidad específicas para cada edad (Campbell y Wood, 1988). El valor obtenido es de 6,61 hijos nacidos vivos (Tabla 6). Tabla 6 Tasa F de fecundidad. β ∞ F = ∑ ∑ 6,61 x=ά 0=1 Para facilitar la comparación con otras poblaciones se agrupan las tasas específicas de fecundidad por grupos de edad y se refieren a la tasa específica del grupo 20-24, al que se le asigna el valor de 100 (Tabla 7). Las tasas específicas (fx) de fecundidad máxima se observan en los grupos 25–29 y 30–34 y en general se advierten valores elevados desde los 15–19 años hasta el intervalo 35-39 desde donde comienza a declinar en suave pendiente ya debido a factores biológicos como la disminución de la fertilidad de las mujeres, el aumento de los abortos naturales, la esterilidad y la menopausia. El patrón de fecundidad observado entre los Tapiete se aproxima al patrón 24 general descrito para los países en desarrollo por Bongaarts y Potter (1983). Tabla 7. Tasas específicas de fecundidad por grupos de edad de las madres. Edad de la madre fx fx/f20-24 *100 13-14 38,09 13,4 15 - 19 189,5 66,5 20 - 24 284,8 100 25 - 29 267,9 94,1 30 - 34 261,6 91,9 35 - 39 191,4 67,2 40 - 44 94,4 33,1 45 a + 41,7 14,6 Cuando las tasas específicas de fecundidad se relacionan a la correspondiente al grupo 20-24 (fx/f20-24 * 100) y se comparan con las obtenidas para otras poblaciones (Figura 6) se advierte 25 que la curva de la población estudiada corre más cercana a la de los Mennonitas y comparte con las otras poblaciones con fecundidad natural el diseño de la curva de forma convexa. Se diferencia de la curva de la población chilena de Tierra del Fuego, que muestra un patrón asimilable al de las poblaciones occidentales más desarrolladas (Bongaarts y Potter, 1983). Tomando las tasas específicas de fecundidad es posible deducir la contribución de cada grupo de edad al valor final de la tasa de fecundidad F y, por lo tanto, el tamaño promedio de la descendencia que una mujer tendría teóricamente si iniciara su reproducción a una edad determinada y si siguiera las tasas específicas de fecundidad descritas (Tabla 8). Así, por ejemplo, las mujeres que comenzaran su reproducción a los 15 años tendrían al final de su intervalo fecundo 6,53 hijos nacidos vivos por término medio. Si en cambio, postergaran el inicio de su reproducción hasta los 20 años sólo alcanzarían 4,16 hijos; o sea, que su fecundidad teórica se vería reducida 14,5% con respecto a las que tuvieran un primer nacimiento a los 15 años. 26 Figura 6 Patrones de fecundidad por grupos de edad en diversas poblaciones y en la población Tapiete Datos tomados de: Amish (Greksa, 2002); Mennonitas (Felt et al., 1990); Huteritas (Nonaka et al., 1994); Tierra del Fuego (Pascual, 2004); Chorote (Mendez y Ferrarini, 2016) Los Tapiete muestran una estrategia reproductora de comienzo muy temprano y final tardío con respecto al esquema medio de las poblaciones de fecundidad natural de Henry (1961), aunque con una tasa F menor. 0 50 100 150 200 13-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50+ Tapiete Chorote Amish Mennonitas Huteritas Tierra del Fuego, Chile 27 Tabla 8 Número medio de hijos nacidos vivos esperado. HNV medio 15 20 25 30 35 40 45 Fec. Natural − 8,4 6,2 4,2 2,4 0,9 − Reducción − − 2,2 2 1,8 1,5 − Tapiete 6,5 5,6 4,2 2,8 1,5 0,5 0,04 Reducción 0.95 1,4 1,3 1,3 1 0,5 La fila “Fecundidad natural” toma en cuenta una media de 13 poblaciones de fecundidad natural (Henry, 1961; Pascual 2004). DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES La edad a la que una mujer accede a la maternidad es altamente variable y depende tanto de factores biológicos como sociales. La importancia de los patrones reproductivos radica en que determinan distintos modelos de salud materno- infantil. El acceso temprano a la gestación, el mantenimiento de la reproducción hasta etapas finales del período fértil y una intensa natalidad, son los principales factores que afectan la salud y la supervivencia de la madre y su hijo. Además, un gran número de estudios han relacionado la edad al primer nacimiento con la fertilidad, sobre todo en poblaciones con 28 fertilidad natural (Bumpass et al., 1978; Gaisie, 1984; Westoff et al., 1994; Konogolo, 1985). Desde un punto de vista evolutivo, la edad al primer nacimiento es uno de los eventos que modelan las estrategias vitales de los grupos humanos. Esto es así, porque la energía y el tiempo son recursos finitos que deben ser repartidos entre crecimiento, mantenimiento y reproducción. A lo largo de su historia vital los individuos deben administrar estos recursos que afectarán su desempeño reproductivo. Estas transacciones son especialmente cruciales en las mujeres en las cuales el embarazo, parto y amamantamiento requieren importantes inversiones tanto de tiempo como de energía. Después de la menarca deberá establecerse un equilibrio entre la reproducción presente y la futura, es decir entre inversiones en el propio capital corpóreo versus inversiones inmediatas en reproducción (Kaplan y Lancaster, 2003). En las sociedades cazadoras-recolectoras donde los recursos alimenticios son limitados, y aún escasos en algunas épocas del año como sucede en la población estudiada, estas negociaciones son críticas en términos de la supervivencia tanto de las madres como de sus descendientes y de ahí surge la importancia evolutiva de este indicador. Las mujeres pobremente nutridas retiran reservas acumuladas a través de la niñez durante la preñez y así, postergando la edad 29 del surgimiento de la reproducción aumentan la probabilidad de supervivencia propia y de sus hijos (Allal et al., 2004). Los resultados expuestos más arriba muestran que las mujeres Tapiete con una edad media para la primera maternidad de 18,5 años exhiben un comienzo temprano en relación a otras poblaciones. Una exploración más detallada de los registros obtenidos permitió comprobar que el 46% de las mujeres tuvieron su primer hijo antes de los 18 años y otro 40% lo tuvo antes de los 22 años. Esto indica que priorizan la reproducción a expensas de posibles mejoras de las condiciones fenotípicas con las que enfrentarían sucesivos embarazos. Esta conducta ha sido explorada tanto en las mujeres con fertilidad completada como en las que aún estaban en su período fértil sin encontrar diferencias en el proceder. Luego, es un comportamiento sostenido en el tiempo que revela la estrategia reproductiva del grupo. La edad media a las distintas paridades de 31,4 años muestra que la población estudiada exhibe fertilidad natural. El valor es intermedio a los obtenidos para otros aborígenes chaqueños tales como los Wichí y los Chorote, que también cumplen con las condiciones de la fertilidad natural. En 30 contraste las mujeres que controlan su reproducción tienen una media entre 3 y 5 años más baja. La tasa de fecundidad (fx) es de 6,6 moderada, con respecto a otras sociedades que exhiben fertilidad natural. Las tasas de fecundidad a edad específica ponen en evidencia que las etapas más fecundas se encuentran entre los 25-29 años y los 30-34 años lo que las acerca a las tasas de las sociedades en vías de desarrollo. La declinación de la fertilidad muestra un patrón tardío corroborando el perfil de población de fertilidad natural. Estas poblaciones que no han experimentado una transición demográfica proveen datos valiosos para investigar esquemas reproductivos desde una perspectiva evolutiva (Hill y Hurtado, 1996; Sear et al., 2000). BIBLIOGRAFÍA Allal, N.; Sear, R.; Prentice, A.M.; Mace, R. 2004. An evolutionary model of stature, age at first birth and reproductive success in Gambian women. Proceedings of the Royal Society of London Vol. 271: 465-470. Bongaarts, J.; Potter, R. 1983. Fertility,biology and behavior. An analysis of the proximates determinants. Academic Press. 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